La Defensa Caro-Kann no fue precisamente la favorita del Dr. Tarrasch contra el peón de rey. Sobre ella, dejó escrito lo siguiente en 1922:
«Esta jugada es ciertamente incorrecta en teoría, pues no contribuye al desarrollo de las piezas; pero en la práctica ha dado un resultado excelente, como demuestra la experiencia de los últimos años, pues plantea a las blancas el enorme problema de hacer valer su más mínima ventaja posicional, y al tratar de resolverlo es muy fácil incurrir en errores graves».
Esta es, aparentemente, la única partida de torneo en la que la empleó, con un resultado verdaderamente decepcionante:
Semmering, 1926
1.e4 c6 2.d4 d5 3.exd5 cxd5 4.Ad3 Cf6 5.c3 Cc6 6.Af4 Ag4 7.Cf3 g6 8.h3 Af5 9.Axf5 gxf5 10.Cbd2 Ag7 11.Ce5 Ce4 12.0-0 Cxe5 13.dxe5 Cxd2 14.Dxd2 e6 15.De3 Dh4 16.Tad1 h6 17.Rh2 b6 18.Df3 Tc8 19.b3 0-0? 20.g3 De7 21.Tfe1 Rh7 22.Td3 Tg8 23.Dh5 Tc7 24.g4 fxg4?
28.Th4! Txg3 29.Axh6! Rg8 30.Ag5! Ag7 31.Af6 Rf8 32.fxg3, y el Dr. Tarrasch se rindió.