LA
RESTAURACIÓN DEL PROBLEMA DE AJEDREZ
Por José Antonio Coello Alonso
Atendiendo la petición de
mi amigo Javier Asturiano de colaborar en su blog, me dispongo a cumplimentar
su encargo presentando a sus seguidores una apasionante actividad ajedrecística
que tiene sus connotaciones culturales relacionadas con el Problema de Ajedrez.
De todos es sabido que
las nuevas tecnologías han afectado de forma considerable en la detección de
errores que no fueron descubiertos en su día por los compositores, que solo
disponían de sus portentosos talentos para analizar todos los entresijos
escondidos en sus complejas composiciones, y no es de extrañar que algunos errores
escaparan a sus análisis. Los potentes programas de ajedrez que ahora
disponemos analizan en centésimas de segundo todo el contenido de una obra, que
a sus autores les costaba muchas horas de investigación, y es comprensible que
algunas obras firmadas por muchos de los grandes compositores que nos
precedieron, contuvieran escondidas estrategias que afectan a sus acabados, con
serios defectos que anulan sus trabajos. En las bases de datos podemos
encontrar excelentes problemas arruinados por una escondida doble solución, o
una defensa aparentemente inocua que deja insoluble una bella composición.
Rescatar del olvido esos
problemas demolidos con la ayuda del programa y una buena dosis de ingenio, es
una fascinante actividad que se nos brinda a los amantes del Problema de
Ajedrez, que podemos experimentar un extraño placer al descubrir que con
ligeros retoques se puede restaurar un problema respetando la idea de su autor
despojándola de defectos que no se habrían producido si hubieran dispuesto de las herramientas tan eficaces con las que ahora contamos sus sucesores.
En mi corta experiencia como restaurador he descubierto las posibilidades que se nos ofrecen para
arreglar un problema demolido, y la conveniencia de no dar por bueno el primer
recurso utilizado aunque el resultado sea el apetecido, ya que en ocasiones
podemos dejar escapar otros recursos más ingeniosos, que además de eliminar sus
defectos, pueden mejorar el resultado enriqueciendo la obra con alguna defensa
añadida, o mayor riqueza de juego virtual, e incluso mejor economía de medios.
En los ejemplos que he seleccionado para ilustrar este comentario, he utilizado
uno de los recursos más frecuentes al que recurrimos los restauradores, como es
la acción de la pieza más modesta, el PEÓN, de quien Philidor dijo que era el
alma del ajedrez, y también la mejor ayuda para los restauradores, como veremos
en los siguientes ejemplos. Recomiendo al lector que antes de leer los cambios
realizados para corregir el problema, intente arreglarlo con sus propias ideas y compare luego los resultados. Le
resultará muy gratificante las posibles coincidencias, y muy instructivo examinar las diferencias que
pueda haber.
Diag. 1:
P. SIKLOSI
Magyar Sakkélet 1953
# 2 7-11
La solución prevista por
el autor tiene como clave 1.Dxe6!, que introduce la amenaza 2.Td2#, pero tiene la
doble solución 1.Cxh2!? con la amenaza imparable 2.Cf3#. Lo primero que se nos
viene a la cabeza es añadir PNg3 que impide la clave de la demolición, pero
está claro que es un recurso muy poco ingenioso, que se le ocurre al más
neófito de los aficionados. Con un análisis más adecuado, vemos que ese peón se
le puede instalar en g5, con la intención de que tras esa clave no deseada, se
puede contrarrestar la amenaza jugando 1...g4! con lo que hemos convertido la
demolición en una solución engañosa con mayor atractivo. Pero observando la
posición vemos que resulta un poco tosca al ver los 8 peones negros con muchas
capturas de piezas blancas, y aunque el arreglo es válido y la posición es
legal, su imagen deja mucho que desear, por lo que se puede intentar otro
recurso que no precise la incorporación del peón y respete no solo la intención
del autor sino también conserve su misma economía. Vemos que el Ph2 tiene como
misión evitar 1.Tg1? que daría mate en d1, y esa labor la puede hacer también
si se le ubica en a2, para responder a esa posibilidad con 1...a1=D!, dejando
una posición más natural en la formación de los peones. Ese desplazamiento del
peón no es suficiente para arreglar el problema, ya que la demolición persiste, por lo que es preciso desplazar la Tg2 a h2, con lo que el problema queda
debidamente corregido con la misma economía y el mismo contenido en su juego
real y virtual. Al tercer intento se ha conseguido una restauración muy
ingeniosa y respetuosa con la idea del autor. Esta sería su posición corregida:
Diag. 1-b) Corrección:
J. A. COELLO
# 2 7-11
En el diagrama 2 presento
otro ejemplo de restauración sin mucha
dificultad de solución para los aficionados que se inician en esta actividad.
Diag. 2.
G. JONKER
Elk Wat Wils 1947
# 2 9-11
Esta atractiva composición resultó demolida por insolubilidad ya que su autor no consideró una elemental defensa que se produce tras la clave 1.Txd5! (2.Dxg5#), amenaza que es detenida por la simple 1...Dg1! No es preciso ser un lince para descubrir que con solo añadir PBg4 queda soluble el problema, manteniéndose intactas todas las defensas y mates previstos. Un arreglo elemental, que solo ha costado la adición de un peón que también podría ser negro. Y esa circunstancia nos hace pensar en la posibilidad de utilizar el mismo peón de g5 para arreglar el problema sin precisar la adición de otro. Para ello analizamos la misión de ese peón y vemos que es un simple tapón que impide el acceso de la dama blanca a h4, tras el intento 1.Cxd5+ - Dxd5; 2.Dh4#, y esa misión la puede hacer el mismo peón si se le sitúa de origen en g4, desde donde intercepta el jaque de la dama blanca en h4 y el control de la dama negra sobre g5. Así quedaría el problema debidamente corregido, y con la misma economía del original:
Diag. 2-b) Corrección:
J. A. COELLO
# 2 9-11
Y para terminar planteo
el diagrama 3, cuya demolición ofrece diversas posibilidades de arreglo, con estrategias realmente espectaculares:
Diag. 3:
PETKO A. PETKOV
Problemas 1964
# 2 9-10
El gran compositor
búlgaro, asiduo colaborador en nuestra revista Problemas, publicó este trabajo
cuando solo contaba 22 años, y ya apuntaba buenas maneras como el tiempo ha
demostrado, aunque no es este problema una de las pruebas de su excepcional
talento como compositor. La solución que el autor pretendía tiene como clave
1.Dc3!, protegiendo el Ab4, dando libertad al caballo para amenazar 2.Cb6#. Las
únicas defensas negras deben capturar la dama permitiendo mates con las torres
blancas. Pero una escondida clave de alejamiento de la dama blanca a la casilla
g4, amenaza un mate imparable en d7.
La primera posibilidad de arreglo que se
nos ocurre es impedir con el socorrido recurso del peón esos desplazamientos de
la dama. Son varias las posibilidades de arreglo que se nos ofrecen, ya que se
puede añadir PBg4, o bien un peón de color indiferente en f4 o f5. Un
restaurador poco exigente se conformaría con cualquiera de esas posibilidades,
y la más indicada parece la incorporación de PBg4, recurso carente de interés e
ingenio. Sería más interesante y sorprendente cambiar el color de ese peón para
eliminar la demolición. Pero el peón negro que se ubica en g4, no se saca de la
caja de sobrantes, sino que utilizamos el que el autor sitúa en g2, con la
misión de evitar el jaque al blanco que se produciría en el planteo. La misma
labor la puede hacer en g4, y con ello evita la solución 1.Dxg4? que amenaza
2.Dd7# y que puede ser neutralizado con la defensa 1...Ah3!! En este problema
se demuestra la incidencia que puede plantearse por la inadecuada ubicación de
un modesto peón que tiene encomendada una misión concreta y puede realizar
desde distintos puntos. Y existe la posibilidad de ahorrar otro peón negro, con
una interesante sutileza derivada de la misma estrategia de evitar el jaque al
blanco a cargo del Af1. Observemos que la misión encomendada al Pg7 no es otra
que la de proteger al Af6 de ser capturado por la Th6, que amenazaría mate
imparable en a6. Pues esa tarea la puede hacer desde la casilla d7, y aunque
desde ahí no impide la captura del Af6, sí defiende la amenaza con 1...d6!, y
al mismo tiempo está sirviendo de escudo a rey blanco del ataque del alfil, por
lo que el Pg2 puede ir a la caja de sobrantes. La doble solución sigue
defendida con la misma refutación 1...Ah3!
Ante esta doble posibilidad
de arreglo se plantea una duda sobre la correcta elección del recurso, ya que
situando el PNd7, se ahorra economía, pero se pierde una estrategia que tal vez
el autor consideró plantear, como es el triple intento de solución 1.De3?,
1.De4? y 1.De5? que amenazan 2.De8# y todos pueden ser refutados por 1...Te1!!
El dilema se plantea en si se debe dar prioridad a la economía con PNd7, o al
mantenimiento del juego virtual, aunque
no tenga ninguna relación con el juego real, situando el PNg4. En este
caso he preferido sacrificar la economía y mantener ese triple ensayo de
refutación común, pues tal vez estuviera presente en la mente de su autor.
El diagrama corregido
quedaría así:
Diag. 3-b) Corrección:
J. A. COELLO
# 2 9-10
En estos tres ejemplos
hemos visto la conveniencia de examinar a fondo todas las posibilidades de arreglo existentes antes de dejar como definitiva la primera intención, por buena que parezca.
Los tres han resultado muy sencillos, pero no siempre se encuentran los
recursos adecuados para mantener la idea de los autores, y eliminar los
defectos que contienen, ya que algunos problemas ofrecen mucha resistencia a su
corrección, que no siempre se consigue, pero de los intentos, siempre se
aprenden estrategias muy interesantes y se experimentan sensaciones muy
placenteras, aunque no se pueda conseguir el resultado deseado.
Espero que la lectura de
este artículo haya resultado instructiva para los lectores, y hayan descubierto
en él la belleza que se puede disfrutar con esta actividad artística de
rescatar las obras de nuestros antepasados, que por escondidos errores quedaron
en el olvido.
José Antonio Coello
Alonso
Vitoria-Gasteiz, agosto
2022