domingo, 29 de septiembre de 2013

ENTREVISTA A MIHAI SUBA


Escacultura también pretende ser un espacio de entrevista y diálogo con destacadas personalidades del mundo de los 64 escaques. Inauguramos hoy este nuevo aspecto del portal con un invitado de lujo: el gran maestro rumano Mihai Suba (Bucarest, 1947). Por su extensión, dividiremos la entrevista en dos partes.


GM Mihai Suba



Gran maestro Suba, es realmente un privilegio entrevistarle. Usted, que ha dedicado su vida al ajedrez, ya forma parte de su Historia, y conoce bien el mundo del tablero y sus protagonistas principales. La primera pregunta es casi obligada. ¿Qué es para usted el Ajedrez, escrito con mayúscula?
Un juego, obviamente un Gran Juego (también con mayúsculas).

¿Cómo entró en contacto con el ajedrez? ¿Cuándo empezó usted a jugar?
Muy tarde, tenía ya casi 18 años. Me gustaba mucho leer y era asiduo de las librerías anticuarias. Un día encontré un libro grande, bonito y con tapa dura, 300 partidas selectas de Alekhine, de Vasili Panov, en su versión rumana, a un precio de ganga. Yo conocía los movimientos de las piezas pero no sabía jugar. Aprendí la notación rápidamente y empecé a reproducir las partidas. Allí leí sobre la extraordinaria capacidad de Alekhine para jugar a la ciega. Lo quise probar con un compañero y vi que podía jugar y a la ciega. Este compañero era vecino de una señora, viuda de un campeón rumano de ajedrez, que me recomendó el club "Universidad", y empecé a asistir a los entrenamientos. Pero el nivel era muy alto para mí, y me aburrí pronto. Casi 2 años después se deshizo la compañía de teatro amateur en donde yo actuaba y me acordé del ajedrez. Así empecé; a los 20 años era un novato que ni siquiera tenía la 2ª categoría. Luego progresé rápidamente.

¿Quiere decir que, en cierto paralelismo con el caso de Smyslov, el arte de la escena salió perdiendo y el del ajedrez ganando, de nuevo?
Más bien yo quería ser un buen matemático; esa era mi carrera. El teatro era un hobby, y el ajedrez también, pero luego, como suele decirse, "el apetito se despierta comiendo"... En teatro y en ajedrez actúas para que otros se diviertan. Si tú mismo también te diviertes, ¡tanto mejor!

Usted, por tanto, además de dedicarse al ajedrez, también cursó estudios universitarios...
Sí, de Matemáticas e Informática, en la Universidad de Bucarest, y un curso de postgrado en Inglaterra.

¿Considera entonces que es bueno y necesario, para el desarrollo de un jugador profesional, adquirir conocimientos de otras disciplinas, aparte del ajedrez?
Botvínnik dijo que sí. Antiguamente, en la URSS, cualquier gran maestro tenía que cursar alguna forma de enseñanza superior.

¿Cómo se definiría usted desde el punto de vista ajedrecístico?
Me considero un jugador intuitivo, o posicional.

Creo que estará de acuerdo conmigo si afirmo que usted se ha distinguido siempre por su imaginación, creatividad y gran capacidad de trabajo. ¿Han sido estas cualidades decisivas para la consecución de sus mejores triunfos? ¿Añadiría usted alguna otra cualidad suya destacable?
Bueno, yo soy curioso por definición. Y creo que, antes que nada, un jugador de ajedrez tiene que distinguirse por una buena memoria.

Por curiosidad, entonces: ¿cuántos idiomas habla o domina usted?
Digamos que domino tres (rumano, inglés y español), pero me defiendo bien en seis o siete más.

¿Qué aspecto destacaría más de nuestro juego, el deportivo, el lúdico, el científico o el artístico? Se admiten combinaciones y variantes.
Hay de todo, según dónde y cómo se practique.

¿Qué cree que es más importante para el jugador, la comprensión posicional o el cálculo?
Las dos cosas van bastante relacionadas, no es posible una sin la otra.

¿Qué papel otorga a la preparación física de un jugador de ajedrez?
Sería mejor tenerla, por supuesto, pero no puedo ofrecer números.

Hablemos ahora de algunos jugadores del pasado. ¿Cuál es su opinión sobre los campeones del mundo 'clásicos', Steinitz, Lasker, Capablanca, Alekhine...?
Fueron en verdad destacados en su tiempo. Cada uno aprendió del otro, y así se pudo progresar. Solo Chigorin y Nimzowitsch se empeñaron en aprender de sí mismos.

Ha citado usted a Aron Nimzowitsch. ¿Qué opina sobre él y sus obras?
Si lee usted una edición reciente de los Fundamentos de Ajedrez de Capablanca verá que no es todo tan novedoso en el hipermodernismo como pretenden Nimzowitsch y sus fans. Quitando las exageraciones, nos dejó un buen método, salpicado de humor y polémica. Vea también al respecto la parodia de Hans Kmoch, Un genial ejemplo de mi sistema.

Y de todos los jugadores que ha conocido en su vida, ¿cuál es el que más impresión le ha causado?
Puede ser Mijaíl Tal. Un verdadero genio.

¿Ha habido algún jugador que le influyera especialmente en su estilo de juego?
Mijaíl Botvínnik.

¿Ha tenido o tiene algún ídolo en ajedrez?
En mi juventud el ídolo era el mismo Botvínnik. Luego el "ídolo" empezó a depersonalizarse y apareció simplemente "el buen juego". Fischer fue impresionante, el más impresionante en su momento, pero eso no quiere decir "ídolo".

Pero precisamente usted no llegó a enfrentarse con esos dos mitos del tablero, Mijaíl Botvínnik y Robert James Fischer. ¿Qué nos puede decir sobre ellos?
Dos peces gordos del ajedrez, pero no los pondría en el mismo cubo.

Prosigamos repasando ahora con usted, si me permite, las figuras de otros campeones mundiales y diversas personalidades del ajedrez mundial, a los que trató en persona y con los que tuvo que luchar en las competiciones. ¿Con cuántos campeones del mundo se ha enfrentado en competición oficial?
Con ocho: Smyslov, Tal, Petrosián, Spasski, Kárpov, Kaspárov, Jálifman y Anand. En total jugué con ellos 20 partidas de torneo. También jugué dos partidas de blitz con Tal y otras dos con Spasski, en 1988 en Glenrothes (Escocia), con ocasión del 40º aniversario del Príncipe Charles. Tal era campeón mundial de blitz en titre y ganó el torneo.

¿Qué recuerda de esos enfrentamientos?
No tengo recuerdos muy buenos, en cuanto a los resultados. Muchas tablas, y solo gané una partida de blitz contra Mijaíl Tal... Pero omití una clara victoria contra Kaspárov, un final muy ventajoso contra Tal y más cosas. Por casualidad, a Tal le gané esa partida con la Variante Rumana de la India de Rey.

¿A qué variante se refiere concretamente?
5.h3, en lugar de 5.Ae2 o 5.Cf3, seguido de 6.Ag5. Fue una buena venganza contra los rusos, porque ellos la llaman "Variante Makogonov", aunque nunca en su vida Makogonov hizo 5.h3 0-0 6.Ag5. Algunos la llaman "Variante Suba", porque yo escribí ese capítulo en la primera edición de la Enciclopedia (ECO). Eso tampoco es correcto, porque la analizaron los maestros internacionales Partos y Mititelu. Luego la jugaron los grandes maestros Ghitescu y Gheorghiu, y más tarde yo mismo. Aunque es verdad que tengo más partidas que nadie en esta variante. Hoy la juegan jugadores como Smirin. Recientemente, Radjábov entró con negras en esto y perdió rápidamente... y eso que está considerado ahora como el mejor jugador de la India de Rey con negras.

Ya hemos tratado brevemente a Botvínnik y Tal. Continuemos con el virtuoso Vasili Smyslov, por favor.
Smyslov era una persona simpática, bastante irónica e inconformista; le interesaban cosas como la "vida después de la vida" y otras por el estilo. Era un hombre muy tranquilo.

Parece ser que él hablaba con Botvínnik de temas metafísicos, la trascendencia, Dios, etc. al final de la vida del Patriarca. Uno de sus libros se llama precisamente En busca de la armonía...
¿Y qué otra cosa puede buscar un músico?

Bien, ¿y qué nos puede contar sobre sus enfrentamientos con Tigrán Petrosián? ¿Le pareció tan correoso como indicaba su reputación?
Era difícil ganarle, en efecto. En nuestro primer encuentro (Sochi, 1977) no obtuvo nada en la apertura con blancas, en un gambito de dama. Pero cometí un error grave, me apuré de tiempo y esto llevó a otro error grosero. No puedo entender cómo hice 17...Ab7? en lugar de la obvia 17...Cb6. En las otras dos partidas yo tuve blancas y lo dominé en el Ataque Panov, incluso llegue a tener un peón más en Tallin 1983. En el Interzonal de Las Palmas de 1982 me impresionó con su defensa ingeniosa. Pero en esos dos torneos terminé por delante suyo. Petrosián, después de la derrota ante Fischer, nunca volvió a ser el mismo. Lo mismo puede decirse de Taimánov, Larsen y Spasski.

Ya que ha citado a Bent Larsen, ¿qué recuerda de sus partidas con el gran maestro danés?
Larsen era famoso por su sangre fría. Jugué tres veces contra él, con la puntuación de 1,5-1,5, aunque obtuve en las tres partidas posición ganadora. Jugaba muy bien los finales, pero sus planes de medio juego eran algo deficitarios, y tampoco me pareció excesivamente fuerte en la apertura. Debo señalar, en cualquier caso, que en el trato humano era todo un caballero.

¿Y Spasski?
Era muy simpático, y al final de su carrera bastante pacífico. Spasski y Kárpov han sido los más simpáticos campeones del mundo que he conocido.

Recuerdo que venció dos veces con negras al gran maestro Efim Geller, en los años 1983 y 1986, cuando el soviético era probablemente el mayor especialista mundial en combatir ese sistema defensivo conduciendo las blancas. ¿Fue especiamente importante para usted conseguir esas dos difíciles victorias?
Geller pertenecía a la escuela de tácticos violentos, que dominaban en torno a los años 50. Luego se comprobó (en las Sicilianas y en los Erizos) que la ventaja de espacio no justifica la violencia y se encontraron reacciones muy fuertes contra los infractores. Nada especial; a Geller le jugué en nuestra primera partida la modesta variante rumana de la Francesa Rubinstein -por entonces yo aún no jugaba la Siciliana-, intentó un ataque poco justificado y las tablas se debieron más a la amistad que a la posición (por no hablar del reloj). En las Sicilianas cometió errores posicionales, por ejemplo el avance excesivo del peón "a"; en otra hizo un sacrificio a la desesperada... Resumiendo, era, en ese momento, un adversario conveniente para mí.

Hablemos ahora de dos pesos pesados de nuestro juego. Usted hizo tablas con Kárpov y con Kaspárov, en Lucerna 1985 y Dubai 1986, respectivamente. Cuando se jugaron esas partidas, Kárpov acababa de perder el título mundial, y Kaspárov acababa justo de revalidarlo, tras el match de Londres y Leningrado. Ambos estaban, por tanto, en un gran momento de forma. En ambos encuentros jugó con negras y eligió contra ellos la misma defensa. ¿Qué nos puede contar de esos dos encuentros al más alto nivel?
Kárpov me aplicó contra la Nimzoindia la misma variante con la que le torturó Kaspárov en su match, 4.Cf3 y 5.g3 (sistema Romanishin-Kaspárov). Yo le jugué 4...c5 y 5...Cc6!?, como en una partida mía anterior contra Farago en donde el negro pudo sacar ventaja. Pero Kárpov la traía preparada. Sin embargo, hice tablas con bastante facilidad. Kárpov era de temperamento frío y no me influyó en absoluto. Nuestro entrenador más tarde le preguntó su opinión sobre mi juego, y él le respondió: "hace jugadas sorprendentes, pero buenas".
Contra Kaspárov, que por cierto me hizo las mismas cinco primeras jugadas que su ilustre colega, realicé una mejora a una partida de su match por el campeonato del mundo de apenas unos meses antes y él se quedó mal con blancas desde el principio. Recuerdo que se quejó a media voz de que ya todos sabían lo que jugaba y lo podían preparar con antelación. ¡Pero yo entiendo ruso!

¿Y por qué eligió la Defensa Nimzoindia, frente a esos jugadores tan fuertes y de estilos tan diferentes?
Me pareció la mejor opción, dada las cualidades de esta defensa. Tiene una base posicional muy sólida. Al fin y al cabo, la jugaron todos los campeones mundiales, desde Lasker.

Por cierto, Kaspárov en aquella ocasión olímpica a duras penas pudo arrancarle tablas, jugando con las blancas. Supongo que le disgustaría mucho no ganarle esa partida al vigente campeón del mundo...
Él mismo me enseñó cómo ganaba, pero había más de una forma de hacerlo. Contra Kaspárov sentí una presión que me inhibió. Tenía muchísima energía.

En otra ocasión a Kaspárov le jugó la Indobenoni...
Sí, eso fue antes, en la Olimpiada de Lucerna, 1982. Él se negó a permitir la Nimzoindia, preferió 3.Cf3, yo hice 3...c5, y así se llego a la Benoni Moderna, que en la élite solo Topálov se atreve a hacer. El que juega mi orden de jugadas debe estar preparado para la Benoni Moderna, la Tarrasch y otras cosas. Si el blanco rechaza las líneas principales, se puede considerar que el negro está bien, por lo menos psicológicamente.

No es ningún secreto que usted es un gran especialista en la variante Scheveningen de la Defensa Siciliana. ¿Por qué le atrae tanto precisamente esta variante?
Me parece más elástica que otras, y tiene mucha lógica. Digamos que se adapta bien a mi juego, que requiere dinamismo. Fue también la preferida de Spasski y del Kaspárov joven.

¿Es cierto que considera la Defensa India de Rey como una defensa defectuosa, mientras que tiene en gran estima a la Indobenoni?
Hay variantes de la India de Rey relacionadas con la Benoni Moderna. En mi juventud jugué la India de Rey, pero ahora creo que es insuficiente en muchas variantes. "Defectuosa" es una palabra demasiado fuerte y haría a muchos grandes maestros -por ejemplo, Tal, Fischer, Gufeld, Geller o Bronstein- revolverse en sus tumbas.

¿Cuál considera usted su mejor partida hasta la fecha?
Puede ser contra Korchnói en Beer Sheva, o contra Ward en el Campeonato Británico de 1990. Esta última recibió un premio de belleza y se encuentra grabada en Youtube.

Ha mencionado usted a Víktor Korchnói, uno de los grandes campeones sin corona. ¿Qué le parece este jugador?
En general era un jugador muy adaptable, de todos los estilos, y fue la "bestia negra" de Mijaíl Tal. Pero conmigo no ha jugado bien, dejando aparte su derrota en Beer Sheva debida a una confusión suya y una preparación errónea en la apertura. Salió muy mal de la apertura también en el campeonato mundial por equipos de Lucerna, 1985; pero omití una jugada intermedia y empezó entonces una lucha encarnizada, yo con mucho material menos. Aun así no quise hacer tablas con una repetición que él hubiera tenido que aceptar de forma obligada. En una posición crítica no encontré una jugada clave (sugerida por un programa informático 20 años después), donde él, estando apurado de tiempo, para obtener tablas tenía que encontrar una variante única entre muchas perdedoras, y acabé perdiendo. Junto a la partida contra Kaspárov en Dubai es de las que más me han dolido.

El mismo Korchnói declaró más de una vez que el ajedrez, además de su trabajo, era su hobby. ¿Y para usted?
Bien, también podría yo decir lo mismo.

No ha aparecido todavía el nombre de otro grande, otro campeón sin corona: Paul Keres. ¿Llegó a conocerlo, o incluso a jugar contra él?
No, no llegué a conocerlo.

¿Es cierto que, en general, tiene mejores resultados conduciendo las piezas negras que con blancas?
Sí. Puede ser una cuestión de psicología, o de mejor preparación.

Usted acuñó el concepto "potencial dinámico" en ajedrez. Háblenos un poco de ese concepto y de cómo surgió.
Tuve la sensación que algo faltaba en la teoría de la evaluación, algo intangible y no medible, incluso en el factor genérico "Posición" de Capablanca. Lo veo como la acumulación de una energía potencial, algo así como un desarrollo generalizado. Se nota mejor en las aperturas y defensas modernas (Inglesa, Siciliana, Erizo), pero se puede extender a cualquier momento de una partida. Su conocimiento solo puede ser intuitivo, pero se apoya en la experiencia.

Kárpov se mostró algo despectivo en su momento con la investigación en ajedrez, lo que Botvínnik criticó duramente. ¿Se considera usted un investigador en el campo del rey de los juegos? ¿Es realmente necesario investigar por cuenta propia?
La investigación personal es muy costosa en tiempo y en las circunstancias actuales difícilmente se podrá amortizar, aunque quizá sí en la élite. Hay que dejar a otros que inventen cosas. En mi época era bastante distinto, ahora la información circula a gran velocidad.

(Continuará)