Josep Alió Borràs (Tarragona, España) nos ha remitido este
interesante artículo en memoria de Lothar Schmid, que reproducimos con agradecimiento:
Recordando a Lothar Schmid
Fotografía: © Josep Alió
El verano de 1972 tuve conocimiento por primera vez de la figura de Lothar Schmid, cuando con 11 años seguí con pasión el match Spassky-Fischer. Recuerdo que en el chalet de veraneo familiar esperaba al mediodía el ronroneo del coche de mi padre que volvía de trabajar, para salir disparado a arrebatarle La Vanguardia que traía consigo y devorar la crónica de Román Torán, reproducir la partida, etc. ¡Qué tiempos! Sin internet ni los medios actuales de difusión inmediata de noticias. Y uno de los protagonistas de aquel match, además de los colosos ruso y americano, fue el árbitro, un tal Lothar Schmid que con paciencia infinita iba sorteando todos los contratiempos. Tuvieron que pasar casi cuarenta años para que lo conociera personalmente.
Ya en aquella época había iniciado mi pasión por los libros y revistas de ajedrez, cuya colección fui desarrollando y fortaleciendo con los años. Así fue como tuve conocimiento que Lothar Schmid, además de gran maestro de ajedrez, era el más importante coleccionista privado del mundo de libros y material de ajedrez.
En el año 1986, la por entonces joven revista holandesa New in chess publicó un delicioso artículo de Minze Bij de Weg dedicado al gran maestro alemán titulado “Lothar Schmid killed by books” It would be a beautiful death. Lo recomiendo muy sinceramente a todos aquellos que quieran profundizar en la faceta humana y de coleccionista de Lothar Schmid.
Finalmente, en septiembre de 2009, y gracias a la generosidad de mi amigo José Antonio Garzón, tuve la fortuna y privilegio de asistir al “Simposio Internacional de Historia y Cultura del Ajedrez, Valencia cuna del Ajedrez Moderno”, evento paralelo y celebrado en Valencia en el mismo marco del encuentro Kárpov-Kaspárov. Junto a mi esposa Dolors nos hospedamos en el mismo hotel que el resto de participantes y ponentes del simposio, además del gran campeón Kaspárov. Fueron unos días inolvidables, en los que tuvimos ocasión de compartir tertulia y en ocasiones mesa con el matrimonio Schmid, ya que Lothar también era uno de los invitados.
Aproveché para dedicarle y entregarle personalmente mi libro Els Escacs a Tarragona que había publicado en 1999, para que formara parte de su extraordinaria colección. Alguna tarde, mientras los participantes seguíamos las partidas de los campeones rusos en directo, Dolors se quedaba en el hotel con Ingrid, la esposa de Lothar, charlando durante horas. A pesar de la diferencia de edad, surgió una buena empatía entre los dos matrimonios, que culminó el último día compartiendo mesa en uno de los magníficos restaurantes de la playa de la Malvarrosa. Al despedirnos nos invitaron a que les visitáramos a su domicilio de Bamberg, donde podríamos conocer la legendaria colección de ajedrez.
A pesar de nuestra sincera voluntad de realizar una escapada a Bamberg, fueron pasando los meses, y contratiempos de toda índole lo fueron demorando. Lamentablemente, hemos llegado tarde. Nos queda el recuerdo de los intensos momentos vividos en Valencia, así como las postales con las que por Navidad nos felicitábamos.
Descanse en paz.
A pesar de nuestra sincera voluntad de realizar una escapada a Bamberg, fueron pasando los meses, y contratiempos de toda índole lo fueron demorando. Lamentablemente, hemos llegado tarde. Nos queda el recuerdo de los intensos momentos vividos en Valencia, así como las postales con las que por Navidad nos felicitábamos.
Descanse en paz.
Josep Alió