Alexánder Alekhine nos dejó este irónico comentario sobre la escasez de tiempo en una partida de Ajedrez:
Alguna vez se encuentra uno tan falto de tiempo, que no lo tiene ni para abandonar.
La ocasión fue con motivo de la jugada 34 de las blancas en la partida Opočenský-Capablanca, olimpiada de Buenos Aires, 1939.
Fuente: Gran Ajedrez, por Alexánder Alekhine, editorial Fundamentos / Aguilera, Madrid 1986 (primera edición, Madrid 1947), página 110.
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