Un comentario agudo sobre Capablanca y las aperturas, de la pluma de un autorizado contemporáneo y sucesor:
Capablanca dedicaba muy poco tiempo al análisis y no seguía la literatura ajedrecística, ya que confiaba en superar siempre a su adversario sobre el tablero gracias a su talento. Sin embargo, durante el torneo vigilaba atentamente todas las variantes de apertura empleadas en las demás partidas, las valoraba críticamente, y si lo consideraba necesario, las utilizaba en el momento oportuno contra el adversario apropiado.
Fuente: Mijaíl Botvínnik, Partidas selectas (1), Ediciones Eseuve, Madrid 1990, pág. 246.
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